El 9 de mayo de 1945, a las 00:43 hora de Moscú, se firmó en la ciudad de Berlín la capitulación incondicional de la Alemania nazi. A las 22:00, hora de Europa Central, representantes del Alto Mando Supremo soviético y del mando aliado ingresaron en el salón del antiguo club de oficiales de la escuela de ingeniería militar. La ceremonia fue inaugurada por el mariscal soviético Georgui Zhúkov. Por su orden, se introdujo a la delegación alemana en el salón.
Por parte alemana, firmaron el acta:
- El jefe del Estado Mayor del Alto Mando de las Fuerzas Armadas alemanas, mariscal de campo Wilhelm Keitel;
- El jefe del Estado Mayor de la Luftwaffe, coronel general Hans-Jürgen Stumpff;
- El comandante en jefe de la Marina de Guerra, almirante Hans-Georg von Friedeburg.
La capitulación incondicional fue aceptada por el mariscal Georgui Zhúkov y, en representación del comandante supremo de las fuerzas expedicionarias aliadas, el mariscal jefe de la Fuerza Aérea británica, Arthur Tedder.
Como testigos, firmaron:
- El comandante de las Fuerzas Aéreas Estratégicas de EE.UU., general Carl Spaatz;
- El comandante en jefe del ejército francés, general Jean de Lattre de Tassigny.
Tras la firma del acta, el gobierno alemán fue disuelto y las tropas nazis derrotadas depusieron las armas por completo.

Esta ceremonia de rendición de los nazis se desarrolló apenas una semana después de que el Ejército Rojo ocupara el centro de Berlín. El 2 de mayo de 1945, el ejército soviético desencadenó el ataque definitivo contra el centro de la capital alemana. Este ataque comenzó a las 19:15 horas del 1 de mayo y continuó durante la noche. El ejército 3 de asalto atacó por el norte y se reunió con el 8º ejército-guadia, que avanzaba desde el sur, mientras acorazados-guardia confluían en el parque zoológico. La situación de las fuerzas nazis era ya insostenible. En la madrugada del 2 de mayo, el mariscal soviético Zhúkov exigió al cuerpo acorazado enemigo que depusiera las armas antes de las 7 horas. El general alemán Weidling, como jefe de la plaza, se rindió a las 6 de la mañana, y los soviéticos le exigieron que ordenara la capitulación de toda la ciudad de Berlín. Así lo hizo. Una orden similar la dictó Fritsche, el principal delegado del dirigente nazi Goebbels, quien, como Hitler, se había suicidado horas antes de la rendición. La batalla de Berlín había terminado.
Bibliogafía:
Artola, Ricardo: La Segunda Guerra Mundial Madrid, Alianza, 1995.
Gluckstein, D.: La otra historia de la Segunda Guerra Mundial. Resistencia contra imperio. Barcelona, Ariel, 2013.
Parotkin, I.V.: «La batalla de Berlín», y Keegan, J.: «La rendición», en Basil Liddell Hart y Barrie Pitt (dir.): Así fue la Segunda Guerra Mundial. De la invasión del Reich a la capitulación de Japón. Barcelona, Noguer, 1972.