Campaña de micromecenazgo para la publicación del libro ‘Realidad y ficción en la Castilla medieval’

Cubierta del libro.
Cubierta del libro.

La editorial Páramo, de Valladolid, ha organizado una campaña de micromecenazgo para la publicación de un libro titulado Realidad y ficción en la Castilla medieval. Esta convocatoria está en la web de crowdfunding Verkam. «Páramo es una joven editorial republicana y castellana, amante de la Historia, de la cultura y de la tierra». Los editores afirman: «Publicamos poesía, narrativa y pensamiento. A esta última categoría correspondería Realidad y ficción en la Castilla medieval«. Este libro «recopila textos clásicos y otros inéditos que tratan diferentes aspectos de la vida en la Edad Media, especialmente en el reino de Castilla».

Párao explica: «Lo común en todos ellos es que ponen de relevancia la ligera línea que existía entre lo que las gentes de aquella época entendían como cierto, lo real, y lo que para ellos pertenecía al mundo de lo irreal. Ello da pie a una nebulosa de creencias religiosas, fantásticas, científicas y tradicionales que contrastan con el mundo de hoy.
Veremos lo complicado que resultaba ser homosexual por aquel entonces, los múltiples miedos que tenían a otras tantas cosas, su vida cotidiana, la cercanía de la muerte, la religiosidad imperante, los tabús y supersticiones que todo mediatizaban… Sus problemas y las sencillas formas con las que solucionaban todo.
Cuenta con prólogo de Nacho Ares e ilustración de cubierta de Julio Falagán».

Contenidos del libro:
– Río y vida urbana en la Castilla del siglo XV, de Mª Isabel del Val Valdivieso.
– Castilla sin fronteras: el movimiento de las ideas y las artes en la baja Edad media, de María Concepción Porras Gil.
– Utopías medievales y pensamiento racional, de Ariel Guiance.
– Represión y castigo de las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo en la Castilla medieval, de  Jesús Ángel Solórzano Telechea.
– El miedo y su expresión en las fuentes medievales, de Ana Rosa Rabazo Vinagre.
– Supersticiones y sueños en la Edad Media, de Emiliano Fernández Vallina.
– Adulterio, sexo y violencia en la Castilla medieval, de Ricardo Córdoba de la Llave.
– Cuatro miradas sobre el diablo en las letras medievales castellanas, de Jorge Lebrero Cocho.

Características de la obra:
226 páginas
15,5 x 23 cms
Interior ahuesado de 90 gr.
Fresado en cola PUR
Cubierta de 300 gr con solapas.

Fragmentos ejemplares:
Y qué decir sobre la magia negra y las supersticiones. En un contexto de sufrimiento y de resignación social, no es extraño que estas supersticiones palien este ambiente de desesperanza. Si existe la intercesión divina también lo hará la demoníaca, es una máxima del pensamiento dual que impera en el Medioevo. Ciertos personajes de la sociedad serán acusados de entablar lazos con el demonio con diversas finalidades; los execramentos frente a los sacramentos, la nigromancia o contacto con los muertos para fines oscuros, aquelarres de brujas en los que comunicarse con Satán…
La Iglesia se muestra contradictoria a este tipo de prácticas. Critica las conductas supersticiosas pero las incita; se concede valor apotropaico a nóminas, talismanes, palabras religiosas, versículos bíblicos… métodos preventivos o protectores ante situaciones de peligro (partos, viajes, enfermedades, contiendas…). Sin embargo, la Inquisición, condenará y perseguirá el uso de nóminas entre los hebreos. Esto es, el poder sólo es lícito si reside en los intercesores del cristianismo, todo lo demás es demoníaco y oscuro, y por lo tanto debe ser eliminado.
La primera legislación castellana comenzó en el ámbito local por medio de los fueros otorgados a los centros urbanos, que referían tanto las relaciones de adulterio, como de sodomía, cuyo articulado se inspiró en el Fuero Juzgo, de tradición visigoda, tal es el caso del Fuero de Cuenca (1190), que sirvió como modelo foral de otros lugares a los que se les concedió, lo que permitió una gran difusión de sus preceptos penales. El Fuero de Cuenca, redactado en un ambiente clerical culto, fijaba la pena de muerte para los delitos de sodomía, para los que prescribió incluso en qué consistía este pecado-delito («per anum viciavi»), así como la forma del castigo, la muerte por medio del fuego, considerado como elemento purificador, reservado no sólo para los sodomíticos, sino también para los que injuriaran a otro hombre diciendo «ego te per anum viciavi». […]

A diferencia del modelo del Fuero de Cuenca, el castigo de castración establecido era más suave, indudablemente, que la pena de muerte, pero la vergüenza pública y la confiscación de los bienes suponían la muerte social del individuo, de su familia, y su expulsión al ámbito de la marginalidad. Además, este código excusaba del castigo a aquellos que hubieran sido violados, así como de la vergüenza social para la esposa y los herederos. Asimismo, existía una novedad respecto a la legislación local, ya que extendía la jurisdicción real de este delito a todos los estamentos: «establecemos en esta ley que qualquier omne lego, o de orden, o de linaie grande, o de pequeño que fuer provado que fiziere este pecado manteniente el príncipe o el iuyz lo mande castrar».
En este complejo proceso sin duda continuaba jugado un interesante papel el camino de Santiago que abría a ciudades como Burgos la posibilidad de contactos con las gentes que llegaban de Francia y otros puntos de Europa y que a lo largo de la Edad Media se había materializado en la renovación de las formas arquitectónicas y en general de todas las artes, haciendo internacionales los estilos, así como las razones estéticas y morales que los daban origen.
Por otra parte, la más escasa repercusión de la peste negra facilitó la expansión económica, ocupando mercados desatendidos por otros reinos y repúblicas que habían ejercido hasta ese momento un cierto monopolio comercial. Puede decirse que a lo largo del siglo XIV Castilla fue cimentando sus bases mercantiles y asegurando un próspero comercio a la cabeza del cual se encontraba la lana de las ovejas merinas, a lo que se unían otros productos como el pastel empleado en los tintes. En todo ello, también jugó un importante papel la fuerte depresión que por los años centrales del siglo XIV sufrieron los negocios de Aragón, Navarra y el reino Nazarita de Granada, una caída que sin duda aceleró el ascenso de Castilla dentro de la Península Ibérica hasta convertirse en uno de los referentes de Europa.
El apogeo comercial y económico de Castilla contó con un motor excepcional: la ciudad de Burgos, donde una importante corporación de mercaderes fue capaz de ordenar y sistematizar un floreciente núcleo de negocios con conexiones en las más activas ciudades europeas en las que estos fundaron consulados y colonias mercantiles.
Pero además, la importancia de la ciudad estuvo animada por su catedral, una institución que se regía y prosperaba de la mano de un importante grupo de hombres; canónigos y obispos, de cuidada formación que impulsaron y desarrollaron importantes actividades de carácter intelectual que poco a poco fueron trasmitiendo una nueva visión del mundo, de los reinos y de la misma monarquía. Prelados que colaboraron en la legitimación de la dinastía de los Trastámara, como ocurrió con Pablo de Santamaría, o con Alonso de Cartagena, quienes a través de sus estudios y textos escritos en materia de pensamiento político y derecho, pusieron las bases para la renovación de las antiguas estructuras feudales, procurando así la creación del posterior estado moderno .
Por último, no se puede dejar de subrayar el papel desempeñado por la monarquía, activamente renovada por la dinastía Trastámara. Desde su ascenso los diferentes reyes de esta familia fueron imponiendo una nueva unidad leída a partir de los valores godos de occidente, con protagonismo absoluto del culto y espiritualidad cristianos. Cierto es que hubo cierta tendencia a reprimir minorías religiosas como los judíos, pero al mismo tiempo, por una u otra razón los reyes se apoyaron en relevantes familias de dicha procedencia que tal vez forzados por las circunstancias experimentaron un proceso de conversión al cristianismo.

Aportaciones:
«Vuestras aportaciones estarán destinadas a costear su edición e impresión».

Recompensas:
«Una vez publicado, el libro tendrá un precio en el mercado de 21 euros. Con las recompensas agradecemos el apoyo de todos aquellos lectores que nos ayudan a seguir adelante. El libro en casa, más barato y con regalos».

Calendario previsto:
«Las recompensas se entregarán a finales de septiembre / principios de octubre (con el inicio del curso universitario)».

 

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