Recomendación de urgencia a los historiadores del Derecho español, por Arturo Fernández

BREVE RECOMENDACIÓN (SUGERENCIA) DE URGENCIA A LOS JÓVENES (JUNIORS) Y NO TAN JÓVENES (SENIORS) HISTORIADORES DEL DERECHO ESPAÑOL
Por Arturo Fernández Domínguez

Tenga o no lugar -finalmente- la celebración de una necesaria próxima reunión de historiadores de la Historia del Derecho Español, propuesta -modestamente- por este estudioso (que no profesional) de dicha importante ciencia histórica; sin embargo, ya va siendo hora de que, una vez jubilados o retirados de la Universidad franquista y su sucesora monárquica y católica los antiguos catedráticos y algunos de sus discípulos, se empiece a efectuar por los historiadores actuales -jóvenes (juniors) y no tan jóvenes (seniors)- la urgente “recuperación” verdadera, completa y definitiva de la importante contribución, “legado” intelectual (científico) y ético o “memoria histórica”, de los grandes historiadores del Exilio republicano español, que fueron -injustamente- denostados (odiados), postergados, ocultados y silenciados (censurados) después de la Guerra Civil durante muchos años y hasta hoy día, por su lealtad a la Segunda República y al pueblo español. Y, todo ello, a través del estudio serio de las vidas y las obras -biobibliografías- de éstos, entre los que destacan: D. Rafael Altamira y Crevea (1866-1951); D. Américo Castro (1885-1972); D. Claudio Sánchez-Albornoz (1893-1984); D. Salvador de Madariaga (1886-1978); D. José María Ots Capdequí (1893-1975); D. Pedro Bosch-Gimpera (1891-1974); D. Luis Nicolau d’Olwer (1888-1961); D. Agustín Millares Carlo (1893-1980) y otros muchos.

Ello no es pues sólo una necesidad para el avance, el desarrollo y el progreso presente y futuro de la ciencia histórica de la Historia del Derecho Español; sino, también (sobre todo), un acto de verdadero agradecimiento, reconocimiento, justicia y reparación hacia todos ellos, por su compromiso, coherencia y ética personal, científica y política. Sus ejemplares vidas y grandes obras científicas desarrolladas o producidas durante su Exilio, aunque fuera de España siempre presente ésta en su mente y corazones, no tienen paragón alguno ni pueden equipararse (sobresalen) por su calidad e importancia a las de los catedráticos de la España franquista y de su monarquía borbónica y católica. Todo esto podrán comprobarlo si se toman la molestia de estudiar sus ejemplares vidas e importantes obras científicas. Conveniencia o necesidad pues de investigación y docencia al mismo tiempo, para Ustedes y sus alumnos; y, no la repetición curso tras curso académico de los mismos obsoletos y antipedagógicos Manuales, que han proliferado desgraciadamente, en una enseñanza pasiva y memorística. No al dictado -escolar- de apuntes en clase, que los alumnos tomen -directamente- notas de sus explicaciones orales de la asignatura, y las amplíen con lecturas determinadas, de las historias escritas por estos grandes historiadores y otros y de las fuentes del derecho. Mucha mayor atención, dedicación y tiempo a la historia contemporánea. Estudien, desarrollen y apliquen -por favor- la pedagogía moderna de la enseñanza de la historia y de la historia del Derecho, hay tienen por ejemplo (y no es el único) la magnífica aportación metodológica del insigne historiador D. Rafael Altamira y Crevea al respecto, informada de la importante filosofía y pedagogía de la “Institución Libre de Enseñanza”.

NECESIDAD DE UNA REUNIÓN PRÓXIMA DE “HISTORIADORES DEL DERECHO ESPAÑOL”
Con el objetivo principal o fundamental de responder a las cuestiones siguientes: ¿De dónde vienen (pasado), dónde se encuentran (presente) y hacia dónde van (futuro) la ciencia histórica de la Historia del Derecho Español y sus historiadores? Para su necesario (imprescindible) avance o progreso en el presente y futuro.
Reunión conveniente o necesaria (imprescindible) que debería organizarse y celebrarse por todos aquellos historiadores del Derecho, sean funcionarios (catedráticos o no) o contratados, de diversas biografías, ideologías y orientaciones “científicas”, acabando (rompiendo) -definitivamente- con el viejo “sistema” o estructura patriarcal, corporativo y autoritario (impuesto desde hace muchos años) y obsoleto -completamente- hoy en día, de pertenencia a escuelas, cátedras y departamentos, de maestros y discípulos. Esta debería ser también planteada desde una nueva “perspectiva” de modernidad: la de unos “profesionales” interesados y comprometidos -principalmente- con el desarrollo, avance o progreso de la Historia del Derecho Español. Y, también, examinando sus “problemas” de seguridad en el trabajo y promoción -exclusivamente- por capacidad y mérito, necesidad de medios y ayudas para poder realizar su docencia e investigación, y otros temas de interés.
En base a los principios de Libertad, Verdad, Justicia, Tolerancia y Respeto hacia todos los historiadores del Derecho y sus obras (publicaciones) en España; y -muy especialmente- hacia los grandes historiadores republicanos exiliados por su lealtad a la Segunda República y al pueblo español, que merecen un gran “Homenaje” conjunto de reparación, verdad y justicia hacia sus ilustres personas e importante obra o “legado” intelectual (científico) y ético. Entre ellos, destacan: D. Rafael Altamira y Crevea (1866-1951); D. Américo Castro (1885-1972); D. Claudio Sánchez-Albornoz (1893-1984); D. Salvador de Madariaga (1886-1978); D. José María Ots Capdequí (1893-1975); D. Pedro Bosch-Gimpera (1891-1974); D. Luis Nicolau d’Olwer (1888-1961); D. Agustín Millares Carlo (1893-1980); y, otros muchos.
Se debe pues, asumir y superar -definitivamente- el pasado de divisiones y enfrentamientos entre determinados historiadores del Derecho en España; y, también (sobre todo), de postergación, ocultación y silencio sobre los importantes historiadores del Exilio republicano, que han quedado reflejadas (por acción u omisión) en algunos Manuales de Historia del Derecho Español, en sus capítulos referidos a la Historiografía Jurídica. Donde algunos historiadores han efectuado no una crítica “científica” de obras y orientaciones; sino, una “personal” (descalificadora) de sus propios compañeros. Ello ni es científico, ni serio profesionalmente, ni -en última instancia- justo.
En conclusión, es conveniente o necesario (imprescindible) que todos aquellos historiadores, a los que interese vocacional y profesionalmente la Historia del Derecho Español, se reúnan para: cambiar “impresiones” (opiniones) sobre la disciplina científica y sus propios problemas profesionales; y, también, establecer y estrechar lazos de amistad entre ellos para una convivencia pacífica presente y futura.
Y, todo ello, es una simple sugerencia (propuesta) de este ex-Profesor Titular interino de Historia del Derecho Español, que hace años dejo profesionalmente la Universidad pública; pero, que siempre ha estado interesado y continua estándolo sólo en la ciencia histórica de la Historia del Derecho Español. De hecho desde hace tiempo está estudiando (investigando) la importante aportación “historiográfica” (metodológica y pedagógica) del historiador D. Rafael Altamira y Crevea, cuyas conclusiones espera poder publicar próximamente. Toda esta “historia” comenzó y termina también en la \”memoria\” (defensa) y “recuperación” definitiva (verdadera y completa) y en justicia de la persona (figura) y obra del insigne historiador “institucionista”, republicano y exiliado español D. Rafael Altamira y Crevea, que hacemos extensiva (incluye) también a todos los grandes historiadores del Exilio republicano español, como son: D. Américo Castro (1885-1972); D. Claudio Sánchez-Albornoz (1893-1984); D. Salvador de Madariaga (1886-1978); D. José María Ots Capdequí (1893-1975); D. Pedro Bosch-Gimpera (1891-1974); D. Luis Nicolau d’Olwer (1888-1961); D. Agustín Millares Carlo (1893-1980); y, otros muchos.
Por una Universidad pública democrática, “abierta”, de progreso y modernidad, donde el ejercicio de la Libertad de pensamiento, expresión, investigación y creación; la búsqueda de la Verdad “científica”; y, una Ética o moral (personal y social) se encuentre entre sus objetivos principales o fines fundamentales.
Málaga, a 17 de octubre del 2013.
Arturo Fernández Domínguez
(Hijo del Exilio republicano, socialista e “institucionista” español. Doctor en Derecho, ex-Profesor Titular de Historia del Derecho Español de la Facultad de Derecho de la Universidad de Málaga, y Secretario Judicial)

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