Un torturado, denunciado por su torturador franquista

José Ortega.
José Ortega.

El periodista Juan León Moriche, miembro del Foro por al Memoria del Campo de Gibraltar, difundió el 22 de abril de 2016 el siguiente escrito: “En Algeciras [Cádiz] estamos empezando una campaña de solidaridad con un compañero, José Ortega, que sufrió torturas en 1975 y ahora lo ha denunciado un policía que lo torturó acusándolo de injurias y calumnias por haber publicado una carta al director en un periódico local en la que decía que el policía era un torturador franquista”. Hay que recordar que en octubre de 2013 José Ortega protestó porque al torturador le dieron la medalla de oro de La Línea de la Concepción (Cádiz) en un pleno municipal por unanimidad.

“Un policía me tortura y ahora me denuncia por llamarlo torturador”
Texto y fotos: J. M. León Moriche

El mundo al revés. El colmo de las injusticias. Un policía me tortura y ahora me denuncia por llamarlo torturador. Es lo que piensa José Ortega Ortega, un albañil jubilado de 71 años, vecino de Algeciras que no sale de su asombro. El juzgado de Instrucción Número 3 de Algeciras lo ha citado en calidad de querellado para que responda por las acusaciones que hace contra él Ángel Lozano Márquez, ex comisario de policía de La Línea, medalla de oro de esta ciudad desde 2013. Lozano ha presentado una querella criminal contra Ortega, al que acusa de un presunto delito de injurias y calumnias porque en una carta al director publicada en el periódico Europa Sur el 6 de agosto de 2013, en la que criticaba la decisión del Ayuntamiento linense de dar la citada mención al policía, el albañil aseguraba: “(…) tan alegre y tan contento, celebrando la jubilación de un torturador franquista, por tanto antidemocrático”.
Otro párrafo que a juicio del policía resulta injurioso para su persona es el que sigue: “(…) por proponer un homenaje represivo del franquismo que se aprovecha en los años de la transición camaleónicamente para seguir en su estilo, convertido con modales más suaves, pero sin cambiar en el rumbo político, defensor del pensamiento único y de la historia única, las que representaron y representan”.
Laura Cuevas, procuradora que presentó la querella en el juzgado, asegura en su escrito que Lozano Márquez tiene una hoja de servicios intachable y con varias condecoraciones. Y añade que Ortega tuvo la voluntad de injuriar a su representado porque hizo pública su acusación en un periódico con la resolución fría y alejada de cualquier estado de apasionamiento que pudiera justificar o disculpar su actuación.
El código penal prevé, por el delito de calumnias, penas de seis a dos años de prisión, o multa de doce a veinticuatro meses, a razón del precio fijado por cada día en la sentencia que dicte el juez. Y por el de injurias, multas de seis a catorce meses.
El 12 de mayo próximo es la cita en el juzgado número 3 y José Ortega lo tiene claro: Contará al juez por qué llamó torturador a Ángel Lozano, policía que formaba parte de la Brigada de lo Político Social que el 13 abril de 1975 detuvo en el Campo de Gibraltar a un grupo de militantes del PCE, Comisiones Obreras y del Movimiento Comunista. José tiene muy vivos aún los tres días que pasó en la comisaría de La Línea. Y los ocho meses de cárcel que vinieron después en Algeciras, encerrado mientras esperaba juicio por los delitos de propaganda ilegal y asociación ilícita, hasta que en diciembre recuperó su libertad tras la muerte del dictador.
Lo que no olvida de ninguna manera son los tres días sufridos en la comisaría de La Línea. Allí fue interrogado y torturado junto a otros seis compañeros: Andrés Barrachina, Jacinto Domínguez, Andrés Martín Díaz, José Llaves Bernal, Cristóbal Mateo Gómez y Alberto, un trabajador del que José Ortega ha olvidado su apellido. Allí pasaron todos tres días sin dormir, siendo interrogados una y otra vez, y sufriendo torturas y malos tratos para que confesaran y delataran a más camaradas. “Yo acabé con los brazos desollados y cuando el juez que nos mandó a la cárcel me preguntó cómo me había hecho las heridas se lo expliqué: estuve casi todo el tiempo esposado y de los empujones que me pegaban para un lado y para otro se me quedó la carne viva”, recuerda José.
Tampoco se olvida José Ortega del policía jovencito, pequeño y delgado que se sentaba frente a él y ponía la pistola encima de la mesa. Era Ángel Lozano, quien ahora lo denuncia por llamarlo torturador. “Me amenazaba, me insultaba y me provocaba”, recuerda José. “Alguna vez me encañonó y una vez llegó a decirme. Tú serías capaz de matarme con las manos… ¿Verdad? Yo le respondí que no, que yo no tenía instinto criminal como él”.
José Ortega cuenta que le pegaron patadas, codazos y empujones, y que lo obligaban a agacharse, una y otra vez, con los brazos extendidos y los dedos señalando a la pared. También recuerda el foco que le pegaban a la cara durante los interrogatorios, cómo le quemaba la cara y cómo se le secaba la boca. Con todo, José asegura que otros compañeros sufrieron peor suerte que él: “A Llaves Bernal, al que detuvieron dos días antes que a los demás, le hicieron de todo. Lo tendían en el suelo, le tapaban la cabeza con una manta y le echaban cubos de agua… Todas las torturas más duras. Acabó destrozado. El hombre perdió la cabeza de tanto sufrir y lo mandaron al psiquiátrico de El Puerto de Santa María. Tardó por lo menos dos o tres años en recuperarse, pero ya nunca fue el mismo”, afirma.
José Ortega escribió la carta supuestamente injuriosa para Ángel Lozano a principios de julio de 2013. Fue cuando se enteró por la prensa que iban a condecorar a Lozano. No podía creer la noticia. Estupefacto e indignado, contactó con dirigentes locales del PSOE para evitar el nombramiento, pero no le hicieron caso. Le dijeron que el expediente de nombramiento había estado expuesto al público los días que marca la ley y que nadie había presentado ninguna alegación en contra. Le dijeron que el nombramiento, además, se iba a hacer por unanimidad, con los votos de todos los grupos políticos: PSOE, PP, PA e IU. Como no le hicieron caso y la ceremonia se llevó a cabo, escribió una carta que fue publicada en dos partes en el Europa Sur:
La entonces alcaldesa de La Línea, la socialista Gema Araujo, dijo cuando fue consultada por este periódico que no tenían ninguna prueba de las acusaciones tan graves que hacía Ortega en su carta. Añadió que como todos los grupos apoyaban el nombramiento decidieron seguir adelante porque la carta les llegó a muy pocos días de la fecha elegida para la ceremonia, el 11 de julio de 2013.
José Ortega fue elegido concejal en 1979, las primeras elecciones municipales tras la muerte de Franco. Iba en las listas del Partido Comunista de España en San Roque, municipio gaditano al que pertenece la pedanía de Guadiaro donde él vivía desde pequeño. Años más tarde, José Ortega abandonó el PCE para entrar en el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE), del que es fundador en el Campo de Gibraltar. Actualmente colabora con Podemos en San Roque Sí Se Puede y es un persona muy activa en cuantas movilizaciones sociales, laborales, ecologistas o pacifistas se realizan en esta comarca.
José Ortega Ortega no estará solo en los juzgados de Algeciras el 12 de mayo. Sus compañeros de partido han convocado ya a sindicatos, formaciones políticas y asociaciones para crear una plataforma en defensa de Pepe, como todo el mundo le conoce. El Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar le he brindado todo su apoyo y ha puesto a su disposición todos sus medios para ayudarle en su defensa. “Una víctima del franquismo no puede volver a ser víctima de otra injusticia mientras hay tanto criminal y torturador suelto”, afirma Andrés Rebolledo, presidente del foro. “Este caso vuelve a demostrar que vivimos en una democracia de pacotilla. En España no solo no hubo la necesaria depuración de los cuerpos represivos sino que todavía hoy siguen mandando y alardeando de su pasado”, añade.
Antonio Sánchez, militante de Podemos San Roque, asegura que esta plataforma no se parará aunque la causa contra José Ortega sea archivada o resulte absuelto. Lo siguiente será que el Ayuntamiento de La Línea retire la medalla de oro a quien lo denunció. “Ni olvido ni perdón. Defenderemos a José hasta el final y llegaremos donde haga falta. Es lo mínimo que debemos hacer”, concluye.
Este periódico intentó contactar con Ángel Lozano para que diera su versión de los hechos pero su abogado, Javier Sánchez Holgado, afirmó que no es el momento de hacer declaraciones a la prensa y que las harán cuando acabe el procedimiento judicial.

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