Texto: Fernando Sígler Silvera
Algeciras contó en el último tercio del siglo XIX y principios del XX con una instalación de hierro, de moda en la época, que sirvió como lonja de pescado. La construyó la empresa sevillana Portilla White y Compañía, a instancias del Ayuntamiento algecireño.
Esta corporación municipal había acordado el 7 de abril de 1876 «la reforma del local de pescadería» existente entonces, «en atención a su mal estado». Esa antigua pescadería estaba situada en la llamada plazuela del Mar. Con esta finalidad, los munícipes habían contactado con la citada sociedad, especializada en diversas actividades fabriles, y como resultado de esas negociaciones Portilla White y Cía presentó un proyecto de edificación del local requerido. Esta sociedad era reconocida por haber construido previamente una similar en la capital hispalense.
El municipio aprobó este proyecto y facultó al alcalde, Eugenio Oncala Amaya, y al concejal Plácido Santos para que contrataran con esa empresa «la construcción de un tinglado de hierro en perfecta conformidad con el proyecto y planos presentados por dichos señores que alcanzaron su aprobación anteriormente» (1).
A los pocos días, el 19 de abril, ambos representantes municipales firmaron en Sevilla el contrato de construcción de la instalación con uno de los socios de la compañía, Federico de la Portilla y Portilla, ante el notario Nicolás de Moliní y Govart (2). En este acto acordaron «la construcción material de hierro necesario para la edificación de un local que ha de servir de pescadería en dicha plaza de Algeciras».
El precio de esta obra se estipuló en 14.250 pesetas, y el Ayuntamiento se comprometió a pagarlos en efectivo metálico en cuatro plazos iguales de tres en tres meses contados desde la fecha del conocimiento de embarque del edificio, para lo cual suscribieron cuatro pagarés de 3.562,50 pesetas. El jornal de cada operario se fijó en 25 reales diarios.
Las características técnicas de la nueva construcción eran las siguientes. Tenía unas dimensiones de 24 metros de largo por nueve de ancho y cuatro de alto. Las edificación se basaba en columnas de hierro fundido, «unidas por medio de vigas de hierro dulce ligándose todas y formando un cuerpo». También las cornisas eran de hierro fundido. Formaban canales para el agua, que se vaciaba por medio de columnas. El techo tenía sus formeros de tres a tres metros sobre las columnas. Estos formeros se unían por medio de hierro de ángulo, sobre los que descansaban tablas de madera para que no pasase el calor. Sobre estas tablas se colocaron chapas onduladas de hierro galvanizado. Finalmente, los extremos que sobresalían descansaban sobre vigas cortas de celosía atornilladas a las columnas por soportes de hierro fundido.
Según acordaron en la escritura notarial, todo el material y la mano de obra serían «de primera clase».
Portilla White y Cía. se había constituido el 30 de noviembre de 1868, y la mayoría de su capital, de unos 10,6 millones de reales, correspondía a los acreedores de una empresa anterior, Portilla Hermanos y White, que había sido disuelta tras la crisis general de 1866. Su activo y su pasivo fueron transferidos a la nueva sociedad, y los acreedores de la antigua se convirtieron en accionistas de la nueva (3).
Este acuerdo permitió la supervivencia de la empresa, que retomó la fabricación y venta de máquinas de vapor para la industria y las construcciones metálicas. Es en este contexto empresarial en el que se enmarca el proyecto de la pescadería metálica de Algeciras.
Como el negocio fue próspero, la familia de la Portilla pudo recuperar gran parte de las acciones que había entregado a los acreedores por la crisis de 1866. Así, Portilla White llegó a ser «una de las empresas de ingeniería mecánica y construcciones metálicas más importantes de España en la segunda mitad del siglo XIX» (4).
La pescadería metálica de Algeciras prolongó su existencia hasta el año 1914, porque los técnicos advirtieron de su deterioro, que amenazaba peligro para la seguridad pública. La vieja estructura fue desmantelada y los hierros, subastados. Su lugar fue ocupado años más tarde por un edificio rectangular de mampostería con las mismas dimensiones que el antiguo tinglado, el cual también fue demolido hacia 1946 por las obras del paseo marítimo (5).
Para el anecdotario relacionado con uno de los promotores de aquella antigua instalación de hierro de 1876, cabe decir que el ingeniero escocés Isaías Wite Lewis, socio de Portilla White y Cía, era el padre de Isaías White Méndez (6), que fue el secretario del Sevilla Football Club en 1890, año de la creación de esta entidad (7).
Se trae a colación este dato por conmemorarse este 25 de enero la fecha de fundación de dicho club en el mencionado año de 1890 (8).
El nacimiento de este club está relacionado con la la tradicional fiesta escocesa de la Noche de Burns, que se celebra el 25 de enero en recuerdo del poeta escocés Robert Burns (1759-1796). Aquel 25 de enero de 1890 varios escoceses que residían en esta capital como directivos o empleados de empresas originarias de Escocia instaladas en la capital hispalense, junto con personal sevillano celebraron la Noche de Burns en un café de Sevilla, y ahí decidieron fundar el Sevilla Football Club. Precisamente, el sevillano Isaías White Méndez, hijo del escocés Isaías White Lewis (socio de la empresa promotora de la pescadería metálica de Algeciras), actuó como secretario del club en aquella celebración.
Notas:
(1) Archivo Municipal de Algeciras, Actas Capitulares. Certificación del secretario del Ayuntamiento, Enrique Contilló Vargas Machuca, del acuerdo de la Corporación, 8/4/1876, en Archivo Histórico Provincial de Sevilla (AHPS).
(2) Archivo Histórico Provincial de Sevilla, Protocolos Notariales, n.º 106, 19/4/1876, ff 795-802. En este protocolo notarial aparece el apelljdo de uno de los socios de la empresa como Whitte. En otra documentación, como el padrón de habitantes, figura como White.
(3) Martínez Ruiz, José Ignacio: «Las trayectorias industriales confrontadas: Portilla & White de Sevilla y la Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona. Una aproximación», en Catalunya y Andalucía en el siglo XIX. Relaciones económicas e intercambios culturales. Segundo Congreso de Historia Catalano-Andaluza. Sevilla, 1998, págs. 73-103.
(4) Ibidem, pág. 90.
(5 ) Torremocha, Antonio: «La pescadería antigua», en Europa Sur, 1/2/2020.
(6) Archivo Municipal de Sevilla, Censo General de la Población de Sevilla, agosto de 1875.
(7) Castro Prieto, Juan; Rodríguez Jiménez, Agustín; Romero, Carlos; y Zapatero Moya, Luis Julio de: Breve historia del Sevilla FC. Desde Tablada a mejor equipo del mundo. Sevilla, Puntorrojo, 2010, págs. 15-23; Castro Prieto, Juan: Orígenes del fútbol sevillano. La olvidada memoria británica. Sevilla, Puntorrojo, 2012, págs. 33-35 y 40.
(8) El Sevilla Football Club a caballo entre los siglos XIX y XX. De las élites británicas a la ilusión regeneracionista. Iº Jornada de Historia y Deporte. Sevilla, Fundación Sevilla Fútbol Club-Universidad de Sevilla, 2014, págs. 157-244.