Punto de Vista Editores ha dado a la luz el libro Edad Media y violencia. Un enfoque multidisciplinario, de Cecilia Devia. Según la editorial, «este libro analiza principalmente, a partir de diferentes autores y orientaciones, la relación existente entre la violencia y la construcción de la sociedad, particularmente en la Baja Edad Media. Se destaca la existencia de una violencia ambivalente, que construye y destruye a la vez al Estado y a la sociedad, y se sostiene que cada momento histórico tiene sus propias racionalidades en relación a la violencia. Privilegiando el enfoque histórico, se recurre también al aporte de autores provenientes de otras disciplinas».
«Esta obra presenta un enfoque multidisciplinario sobre la violencia en la Edad Media, partiendo de un trabajo preliminar: una tesis de doctorado titulada Violencia y dominación en la Baja Edad Media castellana. En esta oportunidad se despliega sólo el andamiaje teórico que dio sustento a la tesis.
Se destaca la existencia de una violencia ambivalente, que construye y destruye a la vez al Estado y a la sociedad, y se sostiene que cada momento histórico tiene sus propias racionalidades en relación a la violencia. En el período analizado, la violencia parece surgir cuando se produce la ruptura del código de valores fundador de esa sociedad que se siente así amenazada. Por otra parte, la sociedad medieval valora el orden, y considera que el orden terrenal debe ser un reflejo, aunque sea pálido y desdibujado, del orden celestial. De la misma manera en que la violencia puede destruir ese orden deseado, otro acto violento puede restaurarlo.
En el presente trabajo se analiza principalmente, a partir de diferentes autores y orientaciones, la relación existente entre la violencia y la construcción de la sociedad, particularmente en la Baja Edad Media. Privilegiando el enfoque histórico, se recurre también al aporte de autores provenientes de otras disciplinas, tales como la antropología, la sociología, la filosofía, el derecho, la política, etc.».
Índice:
Introducción
I. Aproximaciones teóricas
I. 1 La guerra de todos contra todos
I. 2 La violencia que funda y que conserva
I. 3 La distinción amigo-enemigo y la violencia que frena la violencia
I. 4 Violencia e inmunidad
I. 5 Violencia y proceso de civilización
II. Funciones de la violencia
II. 1 Funciones de la violencia. Aproximaciones interdisciplinarias
II. 2 Funciones de la violencia. Aproximaciones historiográficas
III. Función transicional: la violencia en el feudalismo
IV. Definiciones y tipologías de la violencia
IV. 1 Algunas definiciones de la violencia
IV. 2 Tipología desde la sociología del conflicto
IV. 3 Tipología desde la sociología figuraciones
IV. 4 Tipología desde la antropología
IV. 5 Tipología multidisciplinaria
IV. 6 Tipologías binarias
Conclusiones
Bibliografía citada.
La autora:
Cecilia Devia es doctora en Historia por la Universidad de Buenos Aires. Su campo de investigación es la Historia Medieval, particularmente de la Castilla bajomedieval. Su enfoque es principalmente histórico, pero con especial interés por abordar interdisciplinariamente los problemas. Ha escrito dos libros, Disidentes y minorías religiosas en las Partidas de Alfonso X el Sabio y La violencia en la Edad Media: la rebelión irmandiña, y diversas colaboraciones en obras colectivas y revistas académicas. En la actualidad está trabajando en una investigación posdoctoral sobre el derecho de resistencia de los dominados en la Galicia bajomedieval.
Comenzar a leer:
I. 1 La guerra de todos contra todos
“… sitúo en primer lugar, como inclinación general de toda la humanidad, un deseo perpetuo e insaciable de poder tras poder, que sólo cesa con la muerte.”
Thomas Hobbes
«La relación entre violencia y dominación que plantea Thomas Hobbes, en especial en el Leviatán [Hobbes, 2003], subyace en el pensamiento de los autores que se presentarán posteriormente para construir un andamiaje teórico que acompañe la presente investigación. Por lo tanto, además de esta breve introducción a una parte de los estudios de Hobbes sobre la violencia, su pensamiento va a ser retomado repetidamente a lo largo de este trabajo, desde el punto de vista de diferentes autores.
Leo Strauss plasma en unas pocas líneas el peso del pensamiento de Hobbes en la historia de Occidente:
“Hobbes […] filosofó en el momento fecundo en el que las tradiciones clásica y teológica habían sido sacudidas y la tradición de la ciencia moderna aún no se había desarrollado ni establecido. En ese lapso fue él y sólo él quien formuló la pregunta fundamental por la vida justa del hombre y el ordenamiento justo de la sociedad. Este momento fue decisivo para la era venidera en su conjunto; en él se estableció el fundamento sobre el que descansa enteramente el desarrollo moderno de la filosofía política, y constituye el punto del que debe partir todo intento de comprensión exhaustiva del pensamiento moderno” [Strauss, 2006: 26].
En su obra Leviatán, publicada por primera vez en 1651, Hobbes considera que
“… la naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en sus facultades corporales o mentales que […] la diferencia entre hombre y hombre no es lo bastante considerable como para que uno de ellos pueda reclamar para sí beneficio alguno que no pueda el otro pretender tanto como él” [Hobbes, 2003: I, 124].
A partir de esta constatación, para Hobbes se desprende una secuencia: si dos hombres, iguales por definición, desean la misma cosa, se convierten en enemigos y se esfuerzan por destruirse mutuamente. Sostiene que en la naturaleza del hombre anidan tres causas principales de enfrentamiento: la competición, la inseguridad y la búsqueda de gloria. Mientras que los hombres vivan sin un poder que los obligue a todos a respetarse “están en aquella condición que se llama guerra, y es una guerra como de todo hombre contra todo hombre”. En ese tiempo de guerra, no hay lugar para la industria, ni para el cultivo de la tierra, ni para el comercio. Sólo queda el “miedo continuo, y peligro de muerte violenta; y para el hombre una vida solitaria, pobre, desagradable, bruta y corta”. En esta situación, las nociones del bien y del mal, de la justicia y la injusticia, no tendrían lugar [Hobbes, 2003: I, 127-128].
Robert Litke analiza el pensamiento hobbesiano a través de la relación entre violencia y poder, especialmente pertinente a los fines de este estudio. En su reseña del Leviatán distingue cuatro elementos. El primero se refiere a que, continuamente, surgen en el interior de los hombres deseos no satisfechos, por tres razones fundamentales: muchos deseos -como el deseo de comer o el deseo sexual- son recurrentes; no hay un límite imaginable al tipo de cosas que el ser humano pueda desear; algunos deseos -entre los que se cuentan los de lealtad, seguridad y fidelidad- serían insaciables. La conclusión general a la que llega Hobbes es que, mientras el hombre esté vivo, nunca estará totalmente satisfecho».