¿Censura catalográfica a Margarita Nelken?

Por su interés reproducimos la investigación de Ana Manero García, del Departamento de Proceso Técnico de la Biblioteca Nacional de España, publicada en el blog de la BNE el 4 de agosto de 2023, titulada “Margarita Nelken: ¿un caso de censura catalográfica?”:

Margarita Nelken. Crónica, Madrid, 21/6/1931.
Margarita Nelken. Crónica, Madrid, 21/6/1931.

No es frecuente, pero, de vez en cuando, trabajando en el Departamento de Proceso Técnico de la Biblioteca Nacional de España, se nos permite modestamente reparar olvidos e injusticias de otros tiempos. Acompañadnos en esta historia de catalogación con perspectiva social e histórica.
Una de las tareas básicas del catalogador, antes incluso de iniciar la catalogación propiamente dicha, es decidir si una publicación necesita un registro independiente, porque se trata de una edición distinta de cualquier otra que exista en el catálogo o si, por el contrario, se trata meramente de otro ejemplar o una reimpresión no significativa de una edición ya catalogada, en cuyo caso simplemente se añade la información sobre el nuevo ejemplar en el registro ya existente. En ocasiones, sobre todo en el caso de reimpresiones, a menudo equivocadamente llamadas nuevas ediciones, para tomar esa decisión, es necesario comparar ejemplares, y atender a cambios en el contenido o en la apariencia física.
Hace unos meses llegó al Departamento de Proceso Técnico un nuevo ejemplar de la obra Historia del arte (traducción de Histoire de l’art) del historiador del arte francés Elie Faure (1873-1937), editada por Renacimiento en 4 volúmenes, entre 1924 y 1928. En nuestro catálogo ya había una edición muy similar (el mismo editor, los mismos años de edición, el mismo número de volúmenes y de páginas) pero en este nuevo ejemplar aparecía una mención de traducción que no estaba en la edición catalogada. ¿Quizás el editor publicó dos versiones distintas de la misma edición, en los mismos años? Lo más probable, pensamos, es que fuera un error de la catalogación original. O que el catalogador de entonces siguiera otros criterios catalográficos menos exigentes que los actuales, y no hubiera dejado constancia de esa mención de traducción por considerarla poco importante. Pero había que asegurarse. Así que se cotejaron los nuevos ejemplares con los ya existentes. Y… sí, constatamos asombrados que, al parecer, había dos versiones distintas de la misma edición, del mismo año y solo en una de ellas se daba la mención de traducción. Algo completamente inusual. Y teniendo ambos ejemplares a la vista, el asunto resultaba de lo más extraño porque todo, el tipo de letra, la mancha de tinta, la encuadernación…, hacía pensar que nos encontrábamos ante dos ejemplares de la misma tirada. Todo, excepto esa mención de traducción.
Solo un examen más atento –y el ojo perspicaz del catalogador veterano– dio la solución del enigma. Mirando al trasluz la portada del ejemplar antiguo, se veía que justo en el lugar donde debía aparecer la mención de traducción, el papel era ligeramente más delgado. Y en la cubierta se veía una gruesa raya azul en el lugar donde debía figurar el nombre del traductor. Aparentemente, alguien había raspado cuidadosamente la tinta de la portada en esa zona. Y en la cubierta, que soporta mejor la adición de elementos gráficos, se había trazado una línea de tinta azul para ocultar el nombre censurado.
A partir de aquí, aunque obviamente todo son conjeturas, es cuando entra en juego la Historia, ya que podríamos estar delante de un caso de “censura” o, al menos, y por utilizar un término que ahora nos es familiar, de “cancelación”. Y no sobre un autor o sobre una obra, sino sobre el humilde nombre de un traductor de una olvidada, anodina y aséptica obra sobre arte. ¿Por qué? Pues porque el traductor, en realidad traductora, era Margarita Nelken.
Nelken es conocida hoy por su decidida acción política durante la República y la Guerra Civil, pero destacó también como crítica de arte y periodista. Fue la única mujer que resultó elegida diputada en las tres elecciones que tuvieron lugar durante el período republicano. Por su origen judío, su vida libre, su condición de madre soltera voluntariamente elegida y sus ideas políticas, que se fueron acercando cada vez más a posiciones comunistas, fue duramente atacada. No es raro suponer que después, durante la Dictadura, se tratara de eliminar sus huellas. Hay más casos documentados sobre esta práctica, realizada de forma más contundente sobre las mujeres[1].
Esta pequeña anécdota bibliotecaria deja aún alguna pregunta sin responder, fundamentalmente quién realizó esta censura: un editor, un librero, un coleccionista, un bibliotecario…, y cuándo se realizó. El porqué, no obstante, parece claro.

Margarita Nelken en datos.bne.
Margarita Nelken en Hemeroteca Digital.
Post-Scriptum. Finalmente, no se realizó un nuevo registro para el ejemplar, puesto que se consideró que ya existía una edición idéntica. Eso sí, se reparó la injusticia restituyendo el nombre de Margarita Nelken como traductora (en línea de lo que internacionalmente se estudia en la actualidad como catalogación reparativa [reparative cataloguing]).
http://catalogo.bne.es/uhtbin/cgisirsi/0/x/0/05?searchdata1=bimo0002331943{001}

[1] Vila-Belda, Reyes: Gloria Fuertes, poesía contra el silencio. Iberoamericana-Vervuert, 2017. P. 50.

Ediciones de Historia del Arte.
Ediciones de Historia del Arte.
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