Concedido el X Premio Fundación Alvargonzález al mejor expediente académico de Historia de la UNED

Ignacio Javier Asín Alonso ha ganado la X edición del Premio Fundación Alvargonzález al mejor expediente académico de Historia de la UNED. El galardón incentiva “el esfuerzo de las personas que comparten su tiempo de formación superior con un empleo, la atención a familiares o circunstancias especiales, un perfil mayoritario entre nuestras alumnas y alumnos”, según informó dicha universidad.
Según un texto de Aida Fernández, con edición web de Elena Lobato, publicado en la página de la UNED, “Ignacio Javier Asin Alonso es el más listo de los más de 16.000 estudiantes del Grado y la Licenciatura en Historia de la UNED. Al menos, es el que ha conseguido el mejor expediente académico de los egresados en 2015. Por eso la Fundación Alvargonzález le ha concedido su premio anual. Eso sí, por centésimas. “No suele haber empates. Tenemos muchas alumnas y alumnos excelentes que llegan a lo más alto…. Seleccionamos los 10 o 15 estudiantes con mejor nota media y mejores expedientes porque tenemos muchas alumnas y alumnos excelentes que llegan a lo más alto. Entonces el Jurado, lápiz en mano y expediente a expediente, calcula las centésimas y ahí si que se hace definitiva la diferencia”, indica Enrique Cantera Montenegro, miembro del Jurado y quien era decano de la Facultad de Geografía e Historia de la UNED cuando se instauró el premio”.

Ignacio Javier Asín Alonso en su rincón de estudio (Foto: UNED).
Ignacio Javier Asín Alonso en su rincón de estudio (Foto: UNED).


El texto continúa: “En cualquier caso, si el empate se produjera existen fórmulas para desempatar, “el Jurado incluye en el baremo índices de corrección como que la o el ganador haya realizado todo el ciclo de estudios en la UNED o el número de matrículas de honor que haya obtenido” explica la decana de la Facultad de Geografía e Historia de la UNED, María Jesús Peréx Algorreta.
“Es un premio llovido del cielo”, recuerda Cantera. “No conocíamos entonces la Fundación Alvargonzález y, como está radicada en Gijón, al principio creíamos que sería para los estudiantes asturianos de la UNED. Pero no, es un mecenazgo muy generoso y extensivo a todos los estudiantes de Historia de la UNED”.
Los premiados reciben el galardón -una ayuda que asciende a 1.000 euros- que se hará efectivo en el acto de entrega de diplomas a los egresados y medallas por jubilación al cuerpo docente y de administración de la Facultad, en otoño. “Cuando reciben la llamada de la Facultad con el anuncio del premio, obviamente se ponen muy contentos. Este año, al ser la décima edición, trataremos de ajustar el programa para que la representación de la Fundación Alvargonzález y el alumno premiado puedan acudir a la ceremonia”, anuncia Pérex”.

El premiado
Ignacio Javier Asín Alonso estudió Historia por gusto. Es su segunda carrera. La primera fue Derecho, que le permitió el acceso a su trabajo como asesor jurídico de la Comunidad de Castilla y León. Enamorado de la Historia Antigua, de Grecia y Roma, se matriculo en el Centro Asociado de la UNED en Palencia y volvió a estudiar “aunque estaba algo oxidado porque hacía 10 años que había hecho mi último examen, el de la oposición. Al principio me costó recuperar el ritmo de estudio. La Historia siempre me atrajo, tenía la espinita clavada, aunque lo había desechado porque no veía claras las salidas profesionales, pero en cuanto me puse a ello, empecé a disfrutarlo. Mi mujer era la que a veces, cuando me encerraba con el ordenador y los libros, echaba de menos salir algo más, pero ahora que ha visto que todo ha salido bien y también está contenta”.
Aunque en estos años ha visitado muchos yacimientos arqueológicos, nunca ha participado en ninguna excavación, “ahora estoy haciendo el máster en investigación histórica y me planteo hacer el doctorado. Y por supuesto, si surge la oportunidad, también excavar”.
Hasta recibir la notificación del premio no conocía la Fundación Alvargonzález, “he investigado y me parece que hacen una labor extraordinaria por la formación y el conocimiento. Es una iniciativa que no sólo apoya el trabajo en Humanidades, sino también el ego de los estudiantes. Es un caramelito que te incita al esfuerzo, a dar lo mejor de ti””.

El mecenas

La Fundación Alvargonzález, con sede en Gijón, nació de la pasión de la familia homónima por el mar y las ciencias y profesiones que emanan de él. Nació en 1992 por iniciativa de Juan Alvargonzález, amparada en un archivo documental e iconográfico heredado de sus antepasados. Se asentó en una casona del s. XXVIII construida por Francisco Alvargonzález, empresario naviero y origen de una saga de marinos, civiles y militares, y humanistas. Actualmente la fundación otorga anualmente diversos premios y becas, como este de la UNED.
Ramón Alvargonzález Rodriguez, actual director de la Fundación, es catedrático de Geografía en la Universidad de Oviedo. Recuerda que “elegimos la UNED porque queríamos incentivar el estudio en aquellas personas para las que no es posible acudir a una universidad presencial, alumnos con un perfil peculiar que compatibilizan su formación superior con un trabajo u otras actividades. Y elegimos la Facultad de Geografía e Historia porque somos una fundación cultural con especial sensibilidad hacia las Humanidades, en un mundo que por desgracia las margina. Por supuesto, el decanato aceptó e instituyó el premio de inmediato”.
La Fundación Alvargonzález, además de becas para estudiantes de Cimadevilla, el barrio de Gijón donde se radica la casona y de los premios a la Universidad de Oviedo y la UNED y a distintas instituciones y escuelas de la marina civil y militar, ofrece una sala de exposiciones para jóvenes artistas que de manera gratuita pueden mostrar –que no vender- allí sus obras. También cuentan con su propia editorial con una cuidada selección de obras relacionadas con la geografía y la historia de España de todos los tiempos.

Ramón Alvargonzález en una entrega de premios (Archivo Fundación Alvargonzález)

Toda esta actividad convierte a la Fundación Alvargonzález en un mecenazgo moderno que enfoca sus donaciones hacia la cultura y el humanismo. “Nuestra fundación se debe a que un empresario naviero, en un momento determinado, decide afrontar esta iniciativa cultural, vinculada a la marina. Sus herederos lo hemos enriquecido con la editorial, la promoción de los artistas locales, las becas y premios… Contemplado en términos materiales, el mecenas moderno no saca nada. Pero ciertamente genera intangibles: el prestigio de estas actividades culturales es un proceso acumulativo que enriquece el entorno territorial y el entorno cultural de la Fundación”, señala el director, Ramón Alvargonzález.

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